Sólo Cristo puede cambiar

Reacciones motivadas por emociones:

Estas reacciones esclavizan a las personas. Los hábitos de palabra y de hecho, basados en las emociones tales como el enojo, la frustración y el rencor, se arraigan más y más a través de los meses y años. A medida que estos hábitos progresan, progresan también sus consecuencias.

Las reacciones emocionales hunden a la persona en el fango de la carnalidad. La frustración se convierte en una prisión. La compasión de sí mismo encadena a su víctima. El rencor, la mala voluntad, el mal humor, la crítica y los celos encadenan la mente y la voluntad de la persona. Ya no puede salir de su cautiverio aún cuando lo desee.

Pero sí, hay esperanza! Muchas personas tratan de cambiar por mejorar su educación o su disciplina.

No todos estos esfuerzos son malos, pero una esclavitud espiritual necesita una liberación espiritual, El Señor Jesucristo es el Libertador.

No hay ataduras que Él no pueda romper. Las cadenas del pecado y el propio Satanás ceden cuando Jesús toma el control de nuestra vida.

TEXTO: «Desechemos el enojo» – John Coblentz (página 62)

IMAGENES: Nathan McBride / Fa Barboza / Ben White – Unsplash

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